No hay diversión sin alcohol
A menudo es precisamente el que bebe alcohol el que acaba fastidiando la fiesta.
El alcohol ayuda a hacer amigos y a ligar
En pequeñas dosis, el alcohol puede hacerte sentir más lanzado, pero en realidad no mejora las relaciones sociales ya que se trata de una falsa sensación de euforia que te hace hablar mucho pero no te deja escuchar. Además, es muy complicado quedarse “con el punto” y medir el nivel de alcohol. Puedes pasarte y hacer cosas ridículas o violentas que te hagan quedar peor. Puedes acabar necesitando beber siempre que quieras relacionarte.
Unas copas ayudan a superar la tristeza y la ansiedad
Lo mejor que puedes hacer es tener la mente clara y limpia para afrontar tus problemas de la forma más rápida y sencilla posible. Beber sólo conseguirá hundirte más y multiplicar tus problemas y, encima, no solucionará tus problemas anteriores. El alcohol puede reducir la ansiedad y el nerviosismo pero sólo de forma momentánea. Con el tiempo, suele producir más ansiedad, tristeza, depresión y los efectos típicos del síndrome de abstinencia.
El alcohol no hace daño si comes algo antes
La presencia de comida en el estómago hace algo más lenta la absorción del alcohol, pero el daño es idéntico. Además, por tardar más en apreciarse sus efectos, a menudo se bebe más y después la intoxicación etílica es más grave y peligrosa.
Sólo llegan a ser alcohólicos los que ya tienen problemas psicológicos
La única condición necesaria para desarrollar alcoholismo es habituarse a consumir alcohol en exceso.
Yo no soy alcohólico. Sólo bebo los fines de semana
El alcoholismo no está fijado por la cantidad ingerida de alcohol en un periodo determinado de tiempo: personas afectadas por esta enfermedad pueden seguir patrones de comportamiento muy diferentes, existiendo tanto alcohólicos que consumen a diario, como alcohólicos que beben semanalmente, mensualmente, o sin una periodicidad fija, si bien el proceso degenerativo tiende a acortar los plazos entre ingesta e ingesta.
Con bebidas energéticas el alcohol me afecta menos
Lo que realmente ocurre es que el que bebe no nota la sensación de embriaguez aunque sí esté intoxicado y bebe más, con lo que el riesgo es doble. El alcohol es un depresor y las bebidas energéticas contienen estimulantes que contrarrestan su efecto.
El alcohol me ayuda en mis relaciones sexuales
Shakespeare lo resumió muy brillantemente diciendo que el alcohol “provoca el deseo, pero frustra la ejecución”. Se cree que consumo de alcohol puede resultar gratificante y hasta ventajoso para quienes necesitan envalentonarse antes de tomar decisiones. Luego, la realidad es que el alcohol acaba echando a perder cualquier plan u oportunidad. La sexualidad es una de las áreas a la que más daña el alcohol. Por pequeña que sea la cantidad que se ingiera, esta sustancia puede llegar a disminuir la función sexual debido a que incide y suprime directamente el Sistema Nervioso Central (SNC), que es la fuente y origen de cualquier deseo sexual.
Después de beber, me tomo un inhibidor de alcohol y se me quita la borrachera
Recientemente han aparecido en el mercado bebidas que se venden como inhibidores del alcohol. Se promocionan diciendo que “eliminan el alcohol en sangre” pero es totalmente mentira.
Los síntomas de la borrachera son la forma en la que el cuerpo avisa del nivel de intoxicación al que está llegando. La realidad es que, al igual que ocurre con las bebidas energéticas, esta bebida elimina ciertos síntomas de la intoxicación etílica, pero el nivel de alcohol en el organismo sigue siendo exactamente el mismo, hacen falta horas para eliminar todo el alcohol del cuerpo. Así pues, el riesgo es muy grande porque al eliminar los síntomas de embriaguez, la persona no percibe lo intoxicado que se encuentra tiene una falsa sensación de control y bebe más o se aventura a conducir, con el grandísimo riesgo que todo esto supone.